Viniste

Te acuerdas, de ese correo en el que me decías que vendrías para no volver a irte? Yo sí me acuerdo. Abrir mi correo de «terra» e intentar no llorar porque estaba en el trabajo. Y entre la fecha de hoy y el (nuestro ya) poema de Mario Benedetti

No lo creo todavía

estás llegando a mi lado

y la noche es un puñado

de estrellas y de alegría

 

palpo gusto escucho y veo

tu rostro tu paso largo….

Viniste y te quedaste y nuestra vida ha cambiado mucho parece que fue ayer, parece que ha sido siempre,… Bendito caos espacio-temporal.

Humildemente, con permiso de Benedetti, voy a hacer mi segunda parte, o mejor dicho, voy a continuarlo para nosotros dos, con nuestra historia.

Viniste con tu paso largo y te quedaste a mi lado

Viniste con tu sonrisa tímida y nerviosa para abrazarme el corazón

 

Viniste y te entregué la llave de mi casa, las claves de mis afectos

Viniste y desde entonces has cambiado el orden de las cosas

 

Viniste con tus chistes afilados y tus ternuras a tiempo

Viniste con tus silencios y con tus palabras acertadas también viniste

 

Viniste y te llevaste muchos de mis miedos

Viniste y aprendí a reconocerme en tus ojos, a aceptarme en tus manos

 

Viniste para hacerme más grande

Viniste para que volviera a ser niña contigo

 

Viniste y trajiste tus cosas, tendiendo tus redes por mi salón

Viniste y me diste a conocer un mundo de unos y ceros

 

Viniste trayendo regalos de los que se multiplican

Viniste para hacernos trascender

 

Viniste y estás aquí, presente, a mi lado

Viniste y desde entonces caminamos juntos

 

 

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