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El cuento de la criada y la realidad no tan distópica

Gracias a HBO llegó a mi El cuento de la criada. Desconocía esta novela y además he de confesar que no había leído nada de Margaret Atwood. La serie hizo que quisiera leer el libro. Me lo he bebido. No podía dejarlo, no quería parar.

Todas las noches, cuando me voy a dormir, pienso: Mañana por la mañana me despertaré en mi propia casa y todo volverá a ser como antes.

Esta mañana tampoco ha ocurrido.

Escrito a modo de diario, en él se recogen los recuerdos y pensamientos de la protagonista. Consiguió que me metiera en su cabeza y que sintiera su desesperación, el miedo, el conformismo, el abandono, la resignación, destellos de rebeldía también. De ella, que no dice en ningún momento su nombre. Esta es su única posesión, lo único realmente suyo en un mundo en el que ella ha pasado a ser propiedad, ella también es una cosa para alguien, su nombre así lo indica: es «De-Fred». Es propiedad de Fred.

Estamos en la república religiosa de Gilead. La historia transcurre en un mundo distópico, donde tras algún incidente/ataque medioambiental que ha afectado a los seres humanos (problemas de carácter reproductivo en la población) se produce un golpe de estado que trae consigo la supresión de derechos, el control de todos los poderes, todo ello aderezado con la religión mezclada con el poder… (mala combinación siempre).

Fue después de la catástrofe, cuando le dispararon al presidente, ametrallaron el Congreso y el ejército declaró el estado de excepción. En ese momento culparon a los fanáticos islamistas.

Hombres y mujeres sufren la mano dura de la dictadura, pero como suele suceder en estos casos, las mujeres llevan las peores papeletas. Éstas, además de sufrir la represión, son clasificadas en grupos, según el uso al que vayan a estar destinadas: criadas, martas, tías, esposas, econoesposas,… Leer más

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Aurore Tabort con 50 y Nina Simone

Este fin del verano ha sido muy especial en lo personal . Estoy «entrando en el otoño» con proyectos  nuevos. Llego a los 50 (edad con cierta importancia en esto de hacerse mayor) llena de ilusión y expectativas. Acercarse a la quinta década es como una meta, un ecuador dentro de una vida. 50 años: momento de ser invisible o de decir aquí estoy yo.

Este fin de verano también he tenido el placer de ver Aurore, 50 primaveras, una película francesa de Blandine Lenoir,  que habla precisamente de este proceso de cambio de llegar a los 50 con la ilusión de los 18, pero con una vida que no para y que si te descuidas te engulle. Momento en que aparece la menopausia, las hijas e hijos se hacen mayores y ya no te necesitan (o te necesitan menos), donde el trabajo sigue siendo precario… Pero las ganas de vivir y ser feliz siguen siendo las mismas y se disfruta la vida intensamente.

Un subidón la película. Esa amiga provocadora y rompedora, la sensación de que de repente eres invisible por no ser joven ya, los sofocos que aparecen… Leer más

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Brindo por la vida de Lucia Berlin

El conjunto de ralatos «Manual para mujeres de la limpieza» han sido todo un descubrimiento. Twitter y Laura Freixas hicieron las presentaciones. He agradecido enormemente haberla conocido este verano.

Lucia Berlin, Lusia quería ella que la llamaran, es una conversadora. Hablas con ella através de los relatos, charla contigo. Es ir de un tema a otro, es estar dentro de su cabeza, escuchar cómo te cuenta su vida y sus emociones. Ríes y te emocionas a la par.

Me ha maravillado la facilidad de palabra, el fluir las historias, contadas en apenas dos, no más de diez páginas. Todas y cada una de las mismas son relatos redondos. Con frases para enmarcar.

Dónde empieza la vida de la autora y dónde la ficción? Se mezclan. «Mi madre escribió historias verdaderas; no necesariamente autobiográficas, pero por poco» diría uno de sus hijos tras su muerte.

Una vida intensa desarrollada en diferentes países. Pasión, amor sin concesiones, adicciones, belleza, hijos, música de jazz, libros, poesía… Su vida está plena de todo eso y además: destrucción, miedo, dolor, fealdad, soledad, suciedad … En sus relatos están todos estos ingredientes de manera intensa, descarnada. Desnuda a sus personajes ante ti, se desnuda ella. Pero consigue quitarle presión con un humor fino, recurre al sarcasmo o a lo inesperado, da un giro y te sorprendes riendo con ella.

.. No me importa contar cosas terribles si consigo hacerlas divertidas. Allí nada era divertido… «Silencio»

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Necesitas ver Glow

Este verano se está notando mucho que no tenemos pelas. Partidas de póker, tardes de sofá con películas y series. Nos hemos puesto al día con Juego de Tronos, estamos viendo Doctor en Alaska. Hemos visto GLOW!!! Bravo por esta serie.

Gracias Netflix por una serie tan diferente. La norma, en el cine o en la tele, son las mujeres de relleno, alrededor de figuras masculinas y siendo estupendas, según los parámetros machunos. Si hay alguna acción entre nosotras, suele ser de competencia, el destripe, y casi siempre habrá un hombre de por medio.

A estas alturas conocemos el test de Bechdel. Esta serie lo pasa de sobra. Leer más

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Ni supermanes, ni wonderwomans

Este verano fuimos a ver en familia Wonder Woman. Salvada la euforia inicial, el subidón de ver aquella fuerza de la naturaleza, vinieron los pensamientos críticos. Íbamos con un amiguito de mi hijo, que tuvo que flipar bastante al escucharnos hablar de feminismos, estereotipos, empoderamiento…

Esas amazonas, TODAS hermosas, poderosas, fuertes, supercachas… Peleando con corsés imposibles, Y EN TACONES (de cuña pero tacones), con todo en su sitio, a ninguna le sobraba nada. Alguna concesión con algún muslo que se mueve tras un impacto, alguna pata de gallo en las más talluditas, pero eran la excepción. El ambiente estaba todo impregnado de «perfección» y «belleza».

El argumento de la peli pasa de ser ella la que va a salvar el mundo, a ser ella la salvada junto con el mundo. El momento heróico es para el hombre. Que por un lado está bien. Es un ser mortal que sacrifica su existencia, sabiendo que va a morir, que no tiene superpoderes, ni vidas de repuesto. Pero por otro lado, ella, personaje femenino ha caído totalmente en el estereotipo de superHÉROE. Imbuída de testosterona se deja llevar por la ira y la furia, propias de cualquier película de machitos y no siente la empatía suficiente para con quien le está pidiendo ayuda.

Los estereopotipos están ahí. Leer más

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He decidido no morirme nunca más

Soy glorista porque a mí también me sublevan las injusticias.

Me subleva la buena salud de los malos.

A ti te carcomen,

te hacen daño.

(La manzana podrida

y el gusano

muy sano).

Porque a veces no me aguanto ni yo.

Todos los días algo malo;

son esos momentos en que estoy

triste

sin motivo oportuno

cuando se me paraliza el paladar

y no saboreo el paisaje exterior

ni puedo sonreír a los niños,

que desde la acera gritan mi nombre

y esperan que baje

Y resulta que es solo lunes y siento «Pena». Leer más

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Exijo el derecho a una muerte digna

Esta mañana al levantarme abracé a mi bello durmiente. Escuché a mi hija recién levantada moverse por su cuarto. Añoré a mi hijo que está de vacaciones con su primo. Fui al baño y vacié mi vejiga. Lavé mi cara. Despedí con un beso a mi chico y a nuestra hija que empezaban la mañana de lunes. Cerré la puerta. Empecé a hacer yoga. Hice meditación 10 benditos minutos. Me vestí rápido. Apagué todo. Cogí «dos perillas de san juan» del frigo. Me calcé las sandalias y salí «pies para qué os quiero» en dirección al trabajo.

Además de llegar 17 minutos tarde, he ido todo el camino con la cabeza en otra parte. Iba escuchando a IZAL que últimamente es mi BSO, pero no podía parar de pensar en el audio que había escuchado en la SER. Laura Rodríguez de 59 años, tiene ELA y exige su derecho a morir con dignidad. Esa voz me ha tocado el ánimo y me he sentido más consciente que nunca de TODOS y cada uno de mis movimientos.

Abrazar, besar, andar, sentarme, coger, mover todas y cada una de las partes de MI cuerpo a MI completa voluntad. Ser independiente, tener libertad de movimiento.

No voy a hablar de la ley, ni de posturas políticas. Solo voy a hablar de la mía. Leer más

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Hoy es 18 de Julio

Recuerdo estar comiendo en un restaurante con mi tío Manuel que venía de Suiza, mi hermana y yo éramos pequeñas, y no sé cómo en la mesa se acabó hablando de política. Mi tío se puso nervioso y dijo que habláramos bajito que nos podían escuchar.

Hablar de política en España, de rojos y azules, de republicanos y fascistas, de izquierdas y de derechas… hablar de ello sigue estando pendiente en muchas casas, al igual que en muchas administraciones públicas. No es fácil, es una herida abierta, sigue en carne viva.

Tal día como hoy, en 1936, se producía el «alzamiento nacional» para unos, para otros fue el golpe de estado, y sigue estando sin resolver. Calles con nombres de asesinos, estatuas conmemorativas y placas que recuerdan su lucha por dios y por españa (esa españa es pequeña), entierros en iglesias de quienes ordenaron pasar a cuchillo a los rojos, pueblos en la geografía nacional que recuerdan al dictador, colegios que en su nombre llevan el pasado fascista de este país…

Las cunetas llenas de gente. Más de 100.000 desparecidos en fosas comunes. Y se nos llena la boca hablando del horror de la dictadura de Videla, de los horrores cometidos por Pinochet, que si los campos de exterminio de Hitler, o el hambre de poder de Mussolini, qué horror la dictadura de los coroneles, la represión del comunismo ruso, o el chino, la atroz caza de brujas de la Stasi… Hoy nos horrorizamos con la purga de Erdogan o con el sinsentido de la dictadura de los Hermanos Musulmanes en Egipto.

A estos pasajes de la historia se ha mirado con temor a que se vuelvan a repetir, nos hemos apiadado de los asesinados por otros regímenes totalitarios, hemos protestado y hecho discursos encendidos (siempre más la izquierda). Pero aquí tenemos que olvidar. Porque el espíritu de la transición lo ha limpiado todo. Pero por mucho que eches lejía, hay manchas que no se van. Aquí no huele a limpio. Leer más

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El culo más encantador de Wimbledon

Este fin de semana Garbiñe Muguruza, a la edad de 23 años, ha ganado la final de Wimbledon frente a Venus Williams. Repersución en los medios? …. TVE no tenía imágenes de este acontecimiento deportivo. Solo una serie de imágenes, tres, representativas de la gesta de esta deportista española. Retransmisión por qué no? No era importante la final femenina de esta competición deportiva con más de 140 años de historia? En el caso de otros deportistas sí se ha retransmitido. No comment.

Esta mañana, en la SER, un seropinador, decía que quería celebrar la victoria de Garbiñe Muguruza, hablando de ella como se habla de Nadal, como se habla de los futbolistas más preciados (léase caros) de la historia.

Yo también quiero hablar de ella.

Garbiñe Muguruza lleva practicando tenis de alta competición desde 2012. Sus logros se pueden ver en internet … Y este último triunfo supone todo un hito en el tenis español.

A pesar de esto en MARCA, en su edición mexicana, tuvieron a bien destacar su “encantadora sonrisa”. Que no está nada mal eso de sonreír, más si tienes motivos, y ella los tenía de sobra para lucir la más brillante de las sonrisas. Acababa de desbancar a una de las grandes.

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Solo nosotras, los chicos a un lado

Este tema sale entre nosotras muy a menudo últimamente. Dónde se posiciona un hombre en una asamblea feminista? Callado escuchando y aprendiendo? Activo aportando?

Quienes hayan participado activamente en movimientos asamblearios, reuniones de partidos políticos o de sindicatos habrán observado cómo son ellos en la mayoría de las ocasiones los que se dirigen a las personas presentes, quienes elevan más la voz, TIENEN la última palabra. Pero sobre todo alguna habrá sido víctima de aquello de «la compañera ha querido decir».

Acabas de darte cuenta de que tenías algo que aportar, te decides a levantar la mano y a alzar la voz para que te escuchen… pero tu discurso «no se entiende». Es necesario que ese amable compañero se levante para decir lo mismo que tú, exactamente lo mismo que tú, pero mejor, SIEMPRE LO HARÁ MEJOR. Incluso si es necesario hacer alguna referencia posterior a tus alusiones, se dirá a partir de este momento: «como ha dicho el compañero».

En las reuniones feministas eso NO SE HACE. Primero porque hemos buscado un espacio para hablar nosotras, para empoderarnos,  para tener argumentos, para aprender, para ESCUCHARNOS, compartir experiencias. Leer más