He tenido el placer de conocer recientemente a Luisa Carnés (desconocida para la mayoría) de la Generación del 27. No eran sólo hombres todo lo que allí relucía. También hubo mujeres escritoras, grandes escritoras, que la HISTORIA (la de ellos) se ha encargado de esconder, ocultar, negar.
Como en tantas otras facetas de la vida, la cultura, la ciencia… nuestra presencia o no existe o es meramente puntual. A veces es muy difícil negarnos, tapar el sol con un dedo, y pocas muy pocas han conseguido llegar al presente por sus logros, por sus conquistas. Pero hay más. Ya hablé en otro post de «Las sin sombrero» y la revelación que para mí supuso. Por fin se empezaba a hacer justicia. Aunque el «más vale tarde que nunca», ya empieza a ser doloroso.
Hay más, muchas más, esperando a ser rescatadas del olvido. Como diría la jovencísima, a la par que sabia Rosa Berbel
Quiero conocer a todas mis madres,
reconstruir mi linaje y mi conciencia
a partir de los versos, las renuncias,
las huellas de todas las mujeres
que he sido al mismo tiempo.Quiero una larga estirpe de mujeres valientes,
que han escrito poemas
después de hacer la cena
y han vivido el exilio
dentro del dormitorio.
Reconocerlas libres, brillantes y caóticas
retratando monarcas,
sublevando las formas,
componiendo sonetos
en una Europa en llamas.
Me lo deben, nos lo deben. Hemos de reconstruir ese linaje para conocer a todas mis/nuestras madres. Hemos de conocer nuestra HERstory (la de ellas, que dirían las feministas inglesas).Tengo otra madre en Luisa Carnés, que me ha dado una lección de vida con su obra «Tea Rooms, mujeres obreras» (gracias editorial Hojalata).
Un regusto amargo me ha dejado en la piel y en el corazón. La vida tan dura de la clase obrera, la de las obreras siempre más. Novela social, fiel retrato de la época que le tocó vivir. Las desigualdades y las miserias bien a la vista, o bien escondidas, según el caso.
…Antes creíamos que la mujer sólo servía para zurcir calcetines al marido y para rezar. Ahora sabemos que los lloros y los rezos no sirven para nada. Las lágrimas nos levantan dolor de cabeza y la religión nos embrutece, nos hace suspersticiosas e ignorantes. Creíamos también que nuestra misión en la vida era la caza del marido, y desde chicas no se nos preparaba para otra cosa, aunque supiéramos leer, no importaba, con que supiéramos acicalarnos era bastante. Hoy sabemos que las mujeres valen más que para remendar ropa vieja, para la cama y para los golpes de pecho; la mujer vale tanto como el hombre para la vida política y social. Lo sabemos porque muchas hermanas nuestras han sufrido persecuciones y destierros…
Las mujeres seguimos cansadas hoy en 2017. Estamos cansadas de seguir pidiendo lo mismo. Hace 83 años de estas palabras de Luisa Carnés y seguimos gritando por nuestro espacio. Reivindicando nuestro valor. Exigiendo que nos quiten los clichés de encima, quitándonos de encima los lastres de la religión. Que nos dejen ser quienes queramos ser, que no nos encierren en cuadros, torres, iglesias, castillos, casas o prostíbulos.
Se acerca el #8M, con la jornada de paro mundial convocada. Jornada de reivindicación en la que las mujeres de todo el mundo pedimos vivir en igualdad, exigimos el derecho a decidir en nuestros cuerpos, reivindicamos nuestra libertad y nuestro amor por la vida… Exigimos VIVIR!!!
Este #8M tenemos una deuda con nostras mismas, con Luisa Carnés y con todas «nuestras madres». Tomemos las riendas de nuestras vidas. Ese día hagamos visibles nuestras protestas.
Que resuenen las paredes, que tiemblen las calles, que el aire huela a protesta. Que se escuche alto y claro que seré madre si me da la gana, que si me apetece estaré con un hombre, que usaré la ropa que yo quiera, que los hombres con faldas desde sus pulpitos o minaretes no me dirán lo que tengo que ser, que no voy a permitir que me levantes la mano… Ese día más que nunca hagamos visibles nuestras protestas, esas que ellos quieren invisibilizar o hacer insignificantes.
Que soy yo, yo con todas las demás. Que no estoy sola, que NUNCA he estado sola. Que este 2017 vamos a hacer historia. Mujeres del mundo entero diremos JUNTAS y a la vez que si nos tocan a una nos tocan a todas, que por mí y por todas mis compañeras, por las 20 que ya nos faltan este principio de 2017, que mi cuerpo es mío, que no soy de tu propiedad, que ya está bien, que NI UNA MENOS, NI UNA MÁS.
La revolución sólo será con nosotras, tomemos en ella el lugar que nos corresponde y hagámonos dueñas de nuestro presente. Sólo así el futuro es nuestro.
Gracias, es un placer leerte, besos
Bonita y cierta reflexión. Gracias. Demósle todas las mujeres y hombres el verdadero valor de lo que significa ser una mujer y enseñémoselo a nuestros hijos, alumnos, familiares, amigos, conocidos y sociedad que no sólo es el género sino lo que somos y podemos llegar a ser.