Cuando era pequeña mi madre me decía que era la abogada de las causas perdidas. Siempre me gustaron los perdedores, me parece que tienen un halo de dignidad. Su lucha truncada, su mirada decidida a conseguir sus objetivos y a la vez con la idea presente de que va a ser inútil pues está abocado al fracaso.
Esto debe ser lo que me pasa con Izquierda Unida. Sé que depositar mi voto en una urna es como guardarlo en un cajón. A efectos reales parece que sirve para poco.
Por qué voto a Izquierda Unida (izquierda hundida como dice mi hijo con el humor, no exento de sarcasmo, de sus 9 años), por qué voto a esta formación política? Confieso que desde que empecé a ejecer mi derecho al voto, siempre se decantó hacia esta formación política. Los ideales me parecían más cercanos a mí, clase obrera, siempre me he sentido más representada como gente.
También he de decir que en mi historial tengo que apuntar un par de intentos de voto últil: PSOE, para echar a Aznar que parecía haberse agarrado al sillón y amenazaba con seguir haciendo de las suyas (luego me sentí muy decepcionada por las decisiones del gobierno socialista). Y las últimas europeas en que voté Podemos. Me gustó el 15M y todo lo que significó, le reconocí el valor, el revulsivo que supuso y ha supuesto para la política de este país. Además quería llevar al «Coletas» al parlamento europero y no tengo ningún reproche.
Pero en estas últimas generales he vuelto a mis principios, he vuelto a Izquierda Unida, #TodosConAlberto, he sido una #Garzoners. Leer más