Tienes 12 años. Me parece mentira aveces que ya los tengas. Es emocionante verte crecer, ver la mujer en que te están convirtiendo. Vas asumiendo tus responsbilidades y veo cómo te encargas de poner orden desordenado en tu desorden.
Hace nada dormías a mi lado hecha una bolita, agarrabas mi mano y me pedías que apretara fuerte porque si no te podías escapabas. Miro tus largas piernas, tus ojos inteligentes, tu cuerpo fuerte y espigado,.. y no puedo evitar sentirme desconcertada ante tus manifestaciones infantiles (risas exageradas, pataletas, aspavientos, caprichos, melindros…) «impropias» de alguien que calza ya mis zapatos. Otras me apabullas con tu mente clara y la fuerza de tus ideas.
Te vuelvo a mirar y tus ojos miran a mi altura, ya no miro hacia abajo. Ahora encuentro una mirada que en ocasiones me reta y desafía. Y olvido que sólo tienes 12 y me dejo llevar. Me siento desbordada por tu ímpetu, por tu manera de ser inquisitivia y reivindicativa. Entonces recuerdo que yo te he enseñado que hagas preguntas y que no te conformes con la primera respuesta si no te parece justa. Leer más